La administración de metformina y
syrosingopina es eficaz y segura en el tratamiento de distintos tipos de
tumores,
Tratamiento del cáncer con la combinación de
metfomrina y syrosingopina
La metformina es, muy
probablemente, el fármaco más utilizado en todo el mundo para la prevención y
el tratamiento de la diabetes. No en vano, este medicamento de administración
oral no solo es capaz de reducir los niveles de glucosa en sangre al mismo
nivel que la insulina, sino que es el único fármaco que ha demostrado prevenir las
enfermedades cardiovasculares asociadas a la diabetes. Tal es así que la
metformina es uno de los dos antidiabéticos orales incluidos en la lista de
medicamentos esenciales de la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
Pero aún hay más: la metformina también tiene efectos anticancerígenos. Y según
muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Basilea (Suiza), la eficacia antitumoral de la
metformina puede incluso potenciarse cuando se administra en combinación con un
fármaco para la hipertensión arterial denominado ‘syrosingopina’.
Como explica Don Benjamin, co-autor de esta
investigación publicada en la revista «Science Advances»,
«por ejemplo, y partiendo de muestras obtenidas de pacientes
con leucemia, hemos demostrado que este cóctel farmacológico mata casi todas
las células tumorales y a una dosis que no resulta tóxica para las células
normales. De hecho, el efecto queda exclusivamente limitado a
las células cancerígenas, pues las células sanguíneas donadas por voluntarios
sanos son insensibles al tratamiento».
‘Apagón energético’
La
dosis de metformina que se utiliza para tratar la diabetes tipo 2 no es lo
suficientemente alta como para inducir un efecto anticancerígeno. En
consecuencia, puede suponerse que el ansiado beneficio antitumoral se consiga
con la mera elevación de la dosis farmacológica. El problema es que cuando se
administra en cantidades elevadas, la metformina no solo combate las células
cancerígenas, sino que también se acompaña de unos efectos secundarios que
resultan, simple y llanamente, intolerables. Entonces, ¿qué se puede hacer?
Pues encontrar un fármaco que potencie las cualidades antitumorales de la
metformina sin aumentar sus efectos adversos. Y para lograrlo, los autores del
nuevo estudio combinaron la metformina con más de un millar de fármacos ya
disponibles.
Los resultados mostraron que la combinación de metformina y syrosingopina resulta muy efectiva
frente a muchos tipos de cáncer. Por ejemplo, logró curar
completamente el tumor en muchos modelos animales –ratones– con cáncer de
hígado. Y en aquellos casos en los que no se logró una erradicación total de la
enfermedad, el tratamiento combinado se asoció con una reducción muy
significativa tanto del volumen tumoral como del número de nódulos tumorales.
Y este efecto
anticancerígeno ‘potenciado’, ¿cómo se explica? Pues porque la metformina no solo reduce los niveles de glucosa en sangre,
sino que también bloquea la cadena respiratoria de las mitocondrias –esto es, los orgánulos responsables
de dotar de energía a las células–. Y a todo ello se aúna que la syrosingopina, entre otras muchas funciones, inhibe la
degradación de los azúcares. En consecuencia, esta combinación
farmacológica interrumpe los procesos vitales que proporcionan la energía a la
célula. Un aspecto fundamental en el caso de las células cancerígenas, mucho
más susceptibles a los ‘cortes energéticos’ dado que su actividad metabólica
incrementada y su rápido crecimiento requieren de un consumo muy elevado de
energía. Así, y una vez su fuente energética se ve reducida, las células
tumorales no tienen más remedio que activar su programa de muerte programada –o
‘apoptosis’.
Mejor en compañía
Es
más; el estudio no solo muestra la eficacia de este nuevo cóctel farmacológico,
sino que constata que la inhibición de la cadena respiratoria mitocondrial es
un mecanismo clave en el crecimiento tumoral. Y si esta disminución de la
proliferación de las células cancerígenas se ve potenciado con la
administración de un fármaco antihipertensivo, mejor que mejor.
Como concluye Don Benjamin, «en nuestro trabajo hemos
sido capaces de demostrar que dos fármacos ya conocidos inducen un efecto más
profundo sobre la proliferación de las células tumorales que cada fármaco por
separado. Así, nuestros resultados apoyan el desarrollo de enfoques combinados
para el tratamiento de los pacientes con cáncer. Además, nuestro estudio puede tener implicaciones para la aplicación
clínica futura de tratamientos combinados dirigidos a las necesidades
energéticas de las células tumorales».
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